Con los planes de limpieza de primavera, remodelación y otros ambiciosos proyectos en el horizonte, levantar objetos pesados es una probabilidad. Además del riesgo de lesiones de espalda, muchas personas pueden sufrir una hernia. Las no se limitan a los atletas y los ancianos; se producen con más frecuencia de lo que se piensa. Conocer mejor esta afección y sus repercusiones arrojará&²Ô²ú²õ±è;luz sobre esta afección a veces dolorosa y sorprendentemente frecuente.
Tipos de hernias
El tipo más común de hernia es la abdominal, y las variaciones dependen de su localización. Según la , estos son los tres tipos más comunes de hernias abdominales:
- Las hernias umbilicales aparecen alrededor del ombligo.
- Las hernias inguinales aparecen cerca de los pliegues donde se unen el abdomen y la parte superior de los muslos.
- Las hernias incisionales se producen después de una intervención quirúrgica en el lugar de la incisión.
Los calculan que cada año se realizan más de un millón de intervenciones quirúrgicas para reparar una hernia de la pared abdominal, que se describe como un desgarro o un orificio en el tejido corporal que permite que sobresalga otra parte del cuerpo, provocando un abultamiento. "Los pacientes pueden sentir dolor o molestias por esta afección, o puede que no se vuelva dolorosa hasta que el paciente tose, estornuda o levanta algo", afirma el doctor Daniel J. Vargo, cirujano de Â鶹ѧÉú¾«Æ·°æ.
A pesar de las creencias comunes, las demuestran que las hernias abdominales se dan con igual o mayor frecuencia en las mujeres.
Causas comunes de una hernia
- Obesidad: Esos kilos de más aumentan la tensión y debilitan los músculos abdominales, haciéndolos más propensos a desarrollar una hernia.
- Antecedentes familiares: Aunque los antecedentes familiares no garantizan la aparición de una hernia, las demuestran que son un factor de predicción fiable.
- Embarazo: El riesgo es pequeño, pero los muestran que el embarazo está&²Ô²ú²õ±è;asociado con un aumento del riesgo de recurrencia de la hernia.
- Estreñ¾±³¾¾±±ð²Ô³Ù´Ç:&²Ô²ú²õ±è;El esfuerzo constante puede hacer que una parte del intestino quede atrapada en la pared abdominal. Esto puede provocar algunos problemas dolorosos con el intestino. Si los movimientos intestinales son una lucha, consulte a un médico.
- Tos crónica: A menudo asociada a los efectos del tabaco, la tos constante debilita la pared abdominal.
- Lesión: La mayorÃa de las hernias relacionadas con el deporte se producen en la ingle y no aparecen como un bulto. Pero si no se trata, puede evolucionar a una hernia inguinal.
La cirugÃa es un tratamiento habitual, pero Vargo afirma que ha visto muchos casos en los que no era necesaria. "No todo el mundo con una hernia necesita que se la arreglen porque no está&²Ô²ú²õ±è;afectando a la actividad diaria", dice Vargo. "Pero si tiene dolor, se recomienda la ³¦¾±°ù³Ü²µÃ²¹".
Consejos para reducir el riesgo de una hernia
- Mantener un peso saludable. La pérdida y el aumento rápidos de peso ejercen presión sobre la pared abdominal.
- No fume.
- Cambie la postura al levantar peso. Levante con las piernas, no con la espalda.
- Cambie su dieta para mejorar el tránsito intestinal.
Resulta tentador restar importancia a lo que ocurre "ahÃ&²Ô²ú²õ±è;abajo". Pero lo cierto es que las hernias son afecciones graves y a menudo dolorosas. Si sufre molestias o dolor abdominal, hable con su médico sobre la posibilidad de una hernia. El tratamiento es fácil, y el resultado es una vida satisfactoria y sin dolor.